CAPITULO 7: LA HUIDA

Hola caminantes!!!
Hoy les traigo un nuevo capitulo de PARADISE AND HELL, espero lo disfruten :)

Mañana salgo de viaje para ayudar en el trabajo de mis padres ;A;...quiero descansar...

Besos!

CAPITULO SIETE: LA HUIDA

La mirada de Mikaya

Alan avanzo rápidamente con pasos cortitos mirando a su alrededor con desconfianza, retando a todos los soldados que se le quedaban mirando extrañados, gruño frustrado, realmente odiaba rodearse de gente extraña, sentía que su mente rozaba todas las nuevas corazas y esa sensación pringosa recorría su espina dorsal con desagrado.

Si no fuera por “ella”...

Pronto un conjunto de auras muy familiares lo saco de sus pensamientos y a pesar de la urgencia de su situación y del desagradable nuevo ambiente mental Alan no pudo evitar sonreír con genuina felicidad cuando vio a sus dos ex-compañeros.

-!Alan!- exclamo alegre Seth lanzándose a sus brazos. El susodicho rio nada sorprendido por la efusividad del menor de las armas biológicas, su sonrisa se amplio aun más cuando Jack se acerco y le acaricio la cabeza como atañó hiciese en los tiempos del proyecto, a la vez que decía.

-Tiempo sin vernos pequeño.

-Jack....- iba a saludar también cuando noto dos mentes irritadas, rápidamente encontró la primera a su lado, de reojo vio que venia de un hermoso joven rubio que lo miraba con evidentes celos. Lo reconoció al instante, debía ser el maestro de Seth, Lucern.

Con un suave cabeceo y una pequeña oleada de su poder empatico logro calmar al capitán y mostrarle que no era rival para el con respecto a Seth.

Calmada una de las fuentes de irritación se volvió a la segunda. El hombre de cabello largo y blanco con ojos amatista lo miraba sin expresión pero su aura emanaba los mismos celos que Lucern pero estos estaban mezclados con ondas de sorpresa y duda.

Alan sonrió brevemente, escondiendo la sonrisa en el hombro de Seth. Parecía que Jack ya había conseguido a su propio “maestro”.

Seth se separo del joven con una sonrisa mientras todos los recuerdos compartidos con él regresaban a su memoria a gran velocidad. Pero pronto recordó la urgencia del grupo, con rostro serio exclamo mirando fijamente a Alan mientras aun le sujetaba los hombros.

-¿Que paso? Enseñámelo.

Alan solo asintió y cerro los ojos abriendo su mente y proyectando todo lo que había visto hacia unos minutos. En el momento en que la imagen de ella paso al cerebro de Seth este ahogo una exclamación y murmuro mirando aleatoriamente a Alan y Jack.

-¿Mikaya busca eliminarnos?

Solo la mueca hecha por Jack se lo confirmo, con nerviosismo Seth se alejo del empatico y se abrazo de nuevo a Lucern, calmándose de inmediato con su aroma.

Rápidamente exclamo, en dirección a Rubén.

-¡Salgamos rápidamente de aquí! ¡Mikaya es peligrosa! ¡os daré las respuestas cuando estemos a salvo!- replico rápidamente interrumpiendo la intención de hablar de Rubén. El aludido solo asintió, de todas formas se sentiría mas seguro en su casa.

-Vamos!

Con esa enérgica orden abrió la comitiva y con pasos rápidos se dirigió a la oficina de Nirva, si alguien se sorprendió de la dirección nadie dijo nada. Ya dentro de la pequeña habitación Rubén hizo un gesto a Nirva que asintió y entre los dos enrollaron la alfombra que cubría el piso, revelando de esa forma una trampilla.

-Vaya, que ingenioso- oyó murmurar a Adam y Rubén no pudo evitar que su pecho se hinchara de santificación. Quería agradecerle y decirle que había sido obra suya pero había algo mas importante que presumir frente a su hombre.

-¡Vamos!- repitió el regenerado y con una sacudida de mano insto a todos que se dieran prisa.

Ante ellos solo había unas largas escaleras de caracol, todos siguieron con dificultad al regenerado que las bajaba con bastante agilidad y rapidez. Para cuando llegaron al pie de las escaleras había un par de personas resoplando. Rubén no les dio tregua y con un nuevo vivaz grito de apremio los condujo por un oscuro y húmedo túnel hasta que acabaron en una enorme galería y en ella un imponente caza Sibaru.

-¡Wow! ¡un caza sibaru!- exclamo con evidente placer el general pelirrojo. Rubén ronroneo sin poder evitar que de nuevo su pecho se hinchara de satisfacción ¡no muchas personas sabían lo que era un caza sibarus! Iba a decir que lo había encontrado destrozado y que el y su equipo había sido capaces de volver a ponerlo en punto cuando la alarmada voz de Alan interrumpió al grupo de su ensimismamiento.

-¡Rápido! ¡Estoy notando demasiado cerca a Mikaya!

La reacción de Seth y Jack fue, en opinión de Rubén, extremadamente nerviosa y con pánico.

Solo cuando, con leves empujones por parte de las tres armas, se sentó en el asiento de piloto y agarro los mandos de la nave activandola al instante. Los motores se calentaron al instante y empezó a flotar en cuestión de segundos, ese era el atractivo de la nave, entonces la vio, la muchacha tenia el pelo largo y castaño, trenzado en dos largas coletas, en el momento que vio sus ojos la gran urgencia de las armas le pareció una mera absurdez comparado a la que le recorrió como un estallido de pólvora.

Supo por que debía alejarse de esa chica. No vio otra forma. Levanto con brusquedad el mando y la nave salio disparada justo en el mismo momento en que una llamarada alcanzo el lugar donde habían estado. Ya en el aire Ruben movió magistralmente los mandos y piloto la nave hasta llevarla al túnel donde los llevaría fuera de la isla Daltea.

Solo cuando estuvo en el amplio cielo azul y dejo atrás la estela plateada del núcleo atrapado en Daltea Rubén se permitió relajar las manos y suspirar.

Se estremeció cuando recordó la mirada de la chica.

Una mirada en llamas.