(Crisalida) CAPITULO 12: REENCUENTRO

Hola caminantes!! :3
Hoy les traigo ese tan prometido capitulo de Crisálida, el capitulo donde finalmente Tai y Victor se unen :3

Espero les gusten y también, muchas gracias por los comentarios y el interés que han mostrado en el concurso :)

Sin mas, capitulo calieeente XD

P.D: mañana subiré la entrevista de Emi rose (LO QUE YO DARIA POR LEERTE) . Esperadlo! ;D

CAPITULO 12: REENCUENTRO

Tebeo solo alzo la ceja derecha hasta que esta casi desapareció por detrás del nacimiento del pelo. Tas unos segundos dijo en voz baja pero inflexible.

-¿Que?.

Tai finalmente se volvió de lado y miro con los ojos entrecerrados al casuario, notando que su amigo Mikel le agarraba con fuerza el brazo, apretándose lo que mas podía al ave. Una suave sonrisa surco su rostro al ver el extraño impacto visual pues las alturas de puercoespin y el casuario hacían ver como que Mikel se echaba encima de Tebeo, sin embargo se notaba definitivamente que era el rubio el que se imponía a Mikel.

La mirada fría del casuario hizo suspirar a Tai que finalmente procedió a explicar.

- Estos tres fueron los que me adoptaron después de que mi madre muriera, por lo que se eran conocidos de mi madre....ahora entiendo que tipo de conocidos son.- la mirada que Tai lanzo a sus tutores estaba cargada de reproche.

-Tai, eso tiene una explicación...- empezó a habar el de piel negra pero el mestizo lo interrumpió con brusquedad.

-Lo se, no os culpo, y definitivamente os voy a pedir explicaciones...pero antes...- Tai se volvió de nuevo hacia Tebeo y este soltó un respingo al ver el brillo de anhelo y preocupación que vio en los ojos azules de Tai - ¿Donde esta Víctor?

Un escalofrió recorrió la columna vertebral del casuario y tras tragar saliva respondió.

-Si, esta bien, puedes ir a verlo, esta dentro de la presa, en el ultimo nivel...- no pudo continuar pues Tai saltando de un pie al otro exclamo dirigiéndose a las mariposas.

-¡No se vayan a ningún lado! ¡Ahora vuelvo!- y ya empezaba a correr hacia la portezuela situada al lado de las escaleras cuando se dirigió a Tebeo -¡Por favor, cuida a Mikel y a mis tutores!

El rubio solo pudo parpadear ante la velocidad del mestizo, en cuestión de segundos se encontraba solo con el atractivo chico alto y las tres mariposas, el pelirrojo se rio bajito, poniendo los pelos de punta a Tebeo, pero lo que su cantarina voz entono lo hizo dudar de la naturaleza de las mariposas.

Su tono estaba cargado de calidez y alivio.

-Vayaa, parece que nuestro pequeño al final encontró su “afinidad” completa.

**********

Nada existía para Tai mas que la necesidad de notar de nuevo el aura de Víctor, su aroma cálido y fresco, su piel ardiente y suave, su cabello rubio pálido que se mecía suavemente rozando sensualmente la piel de la nuca y de sus orejas y sobre todo deseaba sentir de nuevo la fuerza abrumadora de esos ojos sin fondo que lo miraban como si lo único que pudiera ver era a él.

Deseaba desesperadamente volver a ver a Víctor.

Los felinos y aves que encontraba en el pasillo lo miraban con compresión o confusión pero tanto unos como otros no tuvieron mas opción que dejar pasar a ese joven de mirada hielo que expulsaba por todos sus poros un anhelo que hacia que todos se apartaran algo sobrecogidos.

No tardo en llegar al ultimo nivel y con la respiración entrecortada giro frenéticamente la cabeza, buscando un indicio de donde podría estar el búho. Se encontró con Skans que se sorprendió por la abrupta aparición de Tai, pero pronto se recupero y solamente señalo una habitación.

Tai no perdió tiempo.

Corrió a la habitación y abrió la puerta de golpe.

En el interior Víctor no se movió ante el repentino sonido, agachado sobre si mismo miraba sin mirar el suelo bajo sus pies, lo único que veía era el momento en que la mano de Tai se deslizaba poco a poco de su mano y la mirada de pánico del pelinegro.

-¿Tu eres imbécil verdad?- La voz, cargada de irritación, sorprendió levemente al búho, no podía ser...

-¡No solo eres imbécil, sino que también eres estúpido!

Víctor levanto rápidamente la mirada y sus ojos se ampliaron cuando se encontró con la figura de Tai, brazos en jarras y la boca en un rictus de enfado.

-Tai...-murmuro aun confundido el rubio, ante ello Tai no pudo evitar relajar los hombros y murmurar con un puchero.

-¿No se suponía que me ibas a seguir hasta que todo ese lio se acabase?

-¡TAI!- exclamo con la voz rota Víctor mientras se incorporaba de un salto y atrapaba al pelinegro en un abrazo asfixiante. Enterró la cara en el pelo húmedo de su compañero y murmuro repetidamente su nombre. Tai sollozo y se apretó aun mas al cuerpo del búho agarrando con fuerza la chaqueta húmeda y pesada del rubio. La cercanía y el alivio tras horas de tensión provocaron a Tai que gimió mareado con el aroma del búho.

-Víctor.- gimoteo retorciéndose dentro del abrazo.

El búho gruño y decidió que las explicaciones podían ir mas tarde, ahora ambos necesitaban sentir al otro y reclamarse mutuamente. No le importaba que Tai fuese un mestizo, estaba decidido a reclamarlo. Separando un poco sus cuerpos Víctor clavo su ardiente mirada en Tai que tembló de expectación, sus manos se deslizaron hasta la cadera del rubio y inconscientemente se lamió los labios. Eso rompió el hechizo de la mirada de Víctor y este se abalanzo hacia los rellenos labios como si no hubiera un mañana, los succiono y lamió con dulzura y fiereza. Las manos de Tai se deslizaron, como la ultima vez, debajo de la chaqueta y con ansias acaricio toda la piel de la espalda, pero eso fue todo, el sentir la suavidad de la piel y los ondulantes músculos debajo de dicha piel tensionandose ante el suave paso de sus yemas encendió a Tai que emitió de nuevo ese extraño ruido que sin embargo encendía enormemente a Víctor. Las manos y bocas se volvieron mas frenéticas y ambos supieron que esto no iba a ser nada suave ni lento. No esta vez.

Las ropas fueron amontonándose a los pies de ambos, solo les quedaban los vaqueros cuando Tai emitió de nuevo el sonido y abandono los mordisquitos y lametones que había estado proporcionando a la barbilla y cuello del búho, atacando directamente y sin contemplaciones el sonrosado botón derecho de Víctor que echo la cabeza atrás y grazno de sorpresa, dolor y placer, arañando también, de forma inconsciente la cadera derecha de Tai con sus uñas.

Víctor gruño y tironeando con dificultas los pantalones empapados del mestizo mientras este continuaba embobado con el pecho pálido del búho logro que Tai estuviera enteramente desnudo. Paso sus manos por el montículo de su trasero y impulso a Tai a ponerse de puntillas, este no solo obedeció ciegamente a las demandas del rubio sino que incluso deslizo sus manos por los brazos de Víctor, dejando la piel de gallina a su paso, y los envolvió alrededor de su cuello al igual que sus piernas que se envolvieron en las caderas de Víctor. Ya con la piel desnuda de Tai apretada a la suya ambos gimieron cuando el duro miembro de Tai se apretó contra el estomago de Víctor, logrando que la excitación del pelinegro aumentase y su polla empezara a segregar presemen.

El miembro de Víctor no estaba en mejores condiciones, apretado dentro de la tela vaquera y presionando contra la cremallera y el caliente trasero del mestizo.

Con voz ronca Víctor suplico.

-Tai, Tai, yo...- su voz se quebró, convirtiéndose en un desesperado gemido cuando Tai lamió con pereza a lo largo de su cuello hasta acabar mordisqueando la concha de la oreja. Tras dejarla húmeda gimió en ella y balancenadose, frotándose contra el cuerpo de Víctor, murmuro.

-No más, Víctor, no puedo esperar más – mordió de nuevo la oreja enviando una nueva onda de placer por su columna – reclamame ya, no dejes que me sienta solo de nuevo.

Eso acabo rompiendo las defensas de Víctor, tanto sexuales como emocionales. Llevando rápidamente a su compañero hacia el único mueble de la sala, la mesa, murmuro con la voz llena de emoción lo mucho que había llegado a amar al pelinegro, siendo correspondido con amorosas palabras de cariño de Tai entre las que destacaba “ mi amor” y “ compañero”.

Si el fuerte golpe de la espalda de Tai contra la mesa le hizo daño este no lo mostró, devorando de inmediato la boca de Víctor mientras sentía como su corazón iba a mil, sabia de alguna forma que la reclamación iba a ser una cosa que lo ataría para siempre a Víctor, y una parte egoísta de él lo deseaba con tanto fervor incluso por encima de los pensamientos de Víctor, por eso cuando este libero todas sus defensas y su aura lo envolvió Tai sintió ganas de llorar.

Lo amaba.

La mano de Víctor finalmente se deslizo entre los cachetes de su trasero y acaricio con suavidad la entrada. Tai se arqueo levemente mientras emitía el ruidito, explosiones de placer recorriendo su cuerpo. Víctor gruño mientras acariciaba repetidamente la entrada de Tai, deleitándose con los ruiditos que hacia, sin embargo estaba demasiado apretado y no tenia ningún lubricante... su mirada se desvió de repente hacia un bote que sobresalía de entre las alforjas de Skans, junto a la Crisálida.

Víctor sonrió, ya le compraría otro al gato. Alcanzo sin dificultades el lubricante y se empapo los dedos con el liquido sin que Tai lo soltara enfocado en lamer toda la piel que alcanzaba.

Pronto inserto un dedo haciendo que la respiración de Tai se entrecortara. Víctor no aparto la vista del rostro de Tai, fascinado con los espasmos de placer que cubrían la cara del ojihielo. Tan concentrado en ello estaba que no se dio cuenta de que tenia ya tres dedos en el trasero del pelinegro hasta que este, no pudiendo aguantar mas, deslizo su mano derecha por el pecho de Víctor hasta finalmente agarrar con suavidad la erección del búho que soltó un respingo mezclado con un gemido.

Tai se lamió los labios y miro con tanta pasión a Víctor que este sintió que se correría en ese momento.

-Ahora- dijo solamente el pelinegro pero fue suficiente para Víctor que retiro sus dedos de la caliente entrada y incorporándose un poco, pues Tai aun lo sujetaba con fuerza, se desabrocho los pantalones y soltó un gemido de alivio cuando su erección salio libre, sin perder tiempo cubrió su miembro con el lubricante de su mano y lo dirigió a la entrada de Tai. Este lo miraba sin cerrar los ojos y abrió la boca en un jadeo sordo cuando Víctor fue entrando lentamente en él hasta estar totalmente enterrado. Víctor gimió y se inclino para besar a Tai mientras empezaba a moverse con un ritmo cadencioso. Pronto el ritmo paso de ser lento a desenfrenado y sin ritmo, no aguantarían mas, el placer los llenaba y los desbordaba, la presión era demasiado. La mirada de los jóvenes se conectaron y como un acuerdo Víctor ladeo la cabeza permitiendo que Tai se inclinase y lo mordiese al mismo tiempo que el rubio sacaba sus garras, clavandolas en los costados de Tai, creando unos surcos superficiales que de inmediato abrieron la piel.

Eso fue suficiente para que ambos llegaran al clímax.

Agotados los dos chicos no se separaron y intercambiando dulces besos se murmuraron mensajes de amor mientras Tai sonreía feliz y Víctor enterraba su rostro en el cabello negro sintiendo su ojos húmedos cuando noto como el aura azul de Tai y su aura dorada se mezclaban uniéndolos para siempre.

Ahora eran uno.

**********

-....Ruidosos ¿no?- pregunto con diversión Skans, apoyado en la pared del pasillo. Le respondió Nino que a su vez estaba apoyado en el pecho de Skans.

-Tu eres mas ruidoso para que lo sepas.

Skans iba a repicar cuando el sonido de unos pasos subiendo las escaleras atraparon su atención. En el rellano apareció una joven gata que miro a la pareja y los saludo con una inclinación.

-¿Pasa algo Natalia?- pregunto curioso Skans.

-Mi señores, Mateo, el líder de las hienas se encuentra abajo.

-Ah, pues al final Tebeo tenia razón.- exclamo con una risa el joven león.

La muchacha continuo con una mirada seria.

-Dice que sabe donde esta Toby.